Jamás entenderé el afán de algunos de presentar la empresa publica como el descubrimiento definitivo que acabará con la corrupción y garantizará la justicia y el progreso.
La empresa pública es el modo que los políticos inventaron para escapar del exhaustivo y rígido control que el Derecho Administrativo comporta. Si se roba dentro del marco del Derecho Administrativo, es fácil imaginar qué sucede fuera de él. El que quiera comprar esa burra, él sabrá.
Lo que es incongruente y contradictorio es criticar y pedir el cierre de la EMUSVI por ser una maquina de colocar a amiguetes, por ser una fuente de despilifarro y corrupción; y ahora, cuando tú mandas, vendernos que es una bendición y colocarte de jefe, con despacho, secretaria y buen sueldo, que es lo que han hecho los socialistas y sus cómplices de Ganemos.